Título: Vivir bien frente al desarrollo : procesos de planeación participativa en Medellín
Autores: Esperanza Gómez ... [et al.]
Fecha: 2009
Estructura del libro
Este texto está organizado en tres capítulos. El primero es de carácter contextual y plantea lo global (la ciudad) que se configura como sociedad materializada e idealizada en el paradigma del progreso y el desarrollo, contando con el ordenamiento territorial y la planeación como estrategias para compactar lo citadino. En contraste y dialéctica, lo global se expresa en identidades construidas en la historia y la memoria de la vivencia en los territorios, a los que se configura física, social y culturalmente. La planeación participativa se inserta allí para construir su propia territorialidad y su propia historia.
El segundo capítulo detalla los discursos del vivir bien que emergen desde las subjetividades de los habitantes, como fruto de la vivencia y de sus propias maneras de conocer el territorio donde se vive, para tramitar con los cercanos y los foráneos. Se detalla cómo desde la planeación participativa se construyen enfoques de desarrollo como validación del discurso hegemónico y sus distintas versiones, reafirmadas en formas específicas de conocer que lo reafirman.
El tercer capítulo describe e interpreta los modos de vivir en la cotidianidad vecinal para hacer circular los saberes, establecer solidaridades y resistir en la invisibilidad los avasallamientos de otros estilos de vida —considerados adecuados para la vida citadina— que se concertan, se asumen o se resisten en las interacciones con la institucionalidad para el desarrollo. Con la planeación participativa se ponen en marcha soluciones, procesos educativos y de participación anclados en el desarrollo. Sus interacciones con las del vivir bien ocupan la reflexión.
Finalmente, hemos compilado en un CD cada estudio local, de tal manera que permita ampliar, comprender o controvertir las interpretaciones del texto, así como conservar la memoria de lo aprendido.
Cada tema es un campo abierto de suprema amplitud; nuestro trabajo consistió en abrirlos a la discusión para que se reviertan en la acción. Consideramos que gran parte de la institucionalidad del discurso del desarrollo —y de su pretendida validez e inevitabilidad como paradigma de ordenamiento de la vida social mundial— ha estado en la universalidad epistemológica y metodológica con que ha sido implementado en prácticas territoriales de agenciamiento del desarrollo, contando para ello con las directrices de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y las Naciones Unidas, entre otros, mediante sus informes mundiales de desarrollo global, asumidos doctrinalmente y afincados por élites políticas e intelectuales que construyen un cerco de difícil salida. La crítica desde dentro nos permite reconstruirnos en nuestras concepciones y cosmovisiones de la vida, en nuestras relaciones y revisar nuestra responsabilidad con las exclusiones que desde nuestra voluntad emancipatoria solemos fomentar.Este texto se constituye en un mensaje esperanzador en cuanto es una invitación a limpiar la mirada. Es decir, a mirar con otros ojos, quizá más abiertos, el panorama que desde la sencillez de la vida cotidiana nos han ofrecido desde hace muchas décadas mujeres y hombres que con su trabajo, goce y dolor construyen saberes y modos de vida, los cuales hacemos visibles como voces que esperamos sean escuchadas: les invitamos a salirse un poco del camino seguro que como única vía hemos transitado torpemente, aunque con muy buena intención.
El segundo capítulo detalla los discursos del vivir bien que emergen desde las subjetividades de los habitantes, como fruto de la vivencia y de sus propias maneras de conocer el territorio donde se vive, para tramitar con los cercanos y los foráneos. Se detalla cómo desde la planeación participativa se construyen enfoques de desarrollo como validación del discurso hegemónico y sus distintas versiones, reafirmadas en formas específicas de conocer que lo reafirman.
El tercer capítulo describe e interpreta los modos de vivir en la cotidianidad vecinal para hacer circular los saberes, establecer solidaridades y resistir en la invisibilidad los avasallamientos de otros estilos de vida —considerados adecuados para la vida citadina— que se concertan, se asumen o se resisten en las interacciones con la institucionalidad para el desarrollo. Con la planeación participativa se ponen en marcha soluciones, procesos educativos y de participación anclados en el desarrollo. Sus interacciones con las del vivir bien ocupan la reflexión.
Finalmente, hemos compilado en un CD cada estudio local, de tal manera que permita ampliar, comprender o controvertir las interpretaciones del texto, así como conservar la memoria de lo aprendido.
Cada tema es un campo abierto de suprema amplitud; nuestro trabajo consistió en abrirlos a la discusión para que se reviertan en la acción. Consideramos que gran parte de la institucionalidad del discurso del desarrollo —y de su pretendida validez e inevitabilidad como paradigma de ordenamiento de la vida social mundial— ha estado en la universalidad epistemológica y metodológica con que ha sido implementado en prácticas territoriales de agenciamiento del desarrollo, contando para ello con las directrices de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y las Naciones Unidas, entre otros, mediante sus informes mundiales de desarrollo global, asumidos doctrinalmente y afincados por élites políticas e intelectuales que construyen un cerco de difícil salida. La crítica desde dentro nos permite reconstruirnos en nuestras concepciones y cosmovisiones de la vida, en nuestras relaciones y revisar nuestra responsabilidad con las exclusiones que desde nuestra voluntad emancipatoria solemos fomentar.Este texto se constituye en un mensaje esperanzador en cuanto es una invitación a limpiar la mirada. Es decir, a mirar con otros ojos, quizá más abiertos, el panorama que desde la sencillez de la vida cotidiana nos han ofrecido desde hace muchas décadas mujeres y hombres que con su trabajo, goce y dolor construyen saberes y modos de vida, los cuales hacemos visibles como voces que esperamos sean escuchadas: les invitamos a salirse un poco del camino seguro que como única vía hemos transitado torpemente, aunque con muy buena intención.
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